6/22/2012

Capítulo 15 / El destino


Dani entró en el coche de su amo sin saber realmente donde se dirigían, pero de lo que estaba seguro es que donde fuera que lo llevase estaría seguro con él.
José habló durante el viaje de muchas cosas intrascendentes y el chico lo escuchaba atento, sin otra preocupación que agradar al hombre que hasta el momento sólo le había dado placer y hasta el afecto que nunca tuvo y siempre buscó en otras personas que terminaron abusando de él.
El trayecto hasta el lugar de destino fue agradable y el amo procuró que su esclavo estuviese tranquilo y alegre, protegiéndolo y cuidándolo más como un padre que como un amo.

Lo único que no pegaba con ese rol paternal fue la follada que le metió en un área de descanso, que no llegó a descargar los cojones en las tripas del chico, pero si en la boca para entretenerle el estómago hasta la hora de comer.


El muchacho se quedaba mirando a su amo mientras éste conducía y empezó a darse cuenta de lo atractiva que era su fisonomía, convenciéndose por momentos que realmente era un hombre muy guapo.
Cuando reía parecía mucho más joven y su dentadura tan uniforme y cuidada le adornaba considerablemente la boca perfilada por unos labios firmes muy atrayentes para el chico.
La sombra de la barba le producía un morbo especial a Dani, que si no fuese un esclavo se lanzaría a besar a José, procurando restregar las mejillas contra las suyas para sentir el roce de esos pelos duros y medio afeitados que le ponían cachondo perdido con sólo verlos.
José también miraba a su esclavo de reojo, sin perder de vista el control de la carretera, y se daba cuenta de la belleza casi inocente del chico y lo mucho que le estaba gustando ser el amo de un crío como Dani.
Era una gozada romperle el culito a pollazos y se la mamaba mejor de lo que pudiese hacerlo un ternero con el teto de la ubre de la vaca.
Y el tacto de la piel del muchacho le empinaba automáticamente la polla.
Y además le estaba cogiendo cariño al chaval, porque Dani era un buen chico en todos los sentidos.

Llegaron a la ciudad y José tomo el camino que les llevaría al destino de Dani.
El chaval miró a su amo al detener el coche frente a la entrada del cuartel y éste le dijo: “Entra y no te preocupes por nada que pronto tendrás noticias mías. No olvides que eres mi esclavo y no voy a perder el dinero que pagué por ti”.
El muchacho no pudo evitar que se le humedeciesen los ojos y sólo pudo decirle a su amo: “No quiero irme. Soy tuyo. No me dejes aquí, amo”.
José sonrió y le contestó: “No te preocupes que no pienso dejarte mucho tiempo solo. Ve. Entra y presentate donde dice el papel. Y no llores que eres un soldado. Y de los mejores además. Hasta pronto”.

Dani cruzó la puerta mirando atrás y algo en su cabeza le gritaba que se diese la vuelta y echase a correr junto a su amo.
El muchacho se informó donde debía personarse y llegó hasta el despacho del ayudante del general que mandaba la división.
Llamó a la puerta y oyó una voz familiar que le decía: “Adelante”.
El chico entró, vestido de paisano todavía, y tras la mesa estaba un oficial en pie y de espaldas, que miraba el exterior por una ventana.
Vestía uniforme de campaña y el pantalón ajustado le marcaba un culo portentosamente redondo y aparentemente duro.
El tipo era fuerte y de buen tamaño y sus espaldas casi tapaban la luz que entraba por los cristales.

Dani saludó: “A sus ordenes mi...” Pero la voz del oficial le interrumpió:
“Soldado. Llega un poco tarde a su puesto. Esta mañana no pude contar son sus servicios como asistente. Y encima se presenta sin uniforme”.
“Señor...” quiso decir el chaval, pero el oficial fue tajante y se volvió hacia él:
“Silencio, mientras habla un superior, soldado! Entre en ese cuarto y póngase el uniforme reglamentario”.
“Señor, es que no teng...! quiso alegar el chico y lo interrumpió de nuevo el oficial.
“Entre ahí, soldado!”
 Dani fue hacia la puerta que le indicaba el militar y dentro de la habitación había un uniforme de campaña sobre una silla.
El chico empezó a desnudarse para cambiarse de atuendo y notó unos brazos musculosos que le agarraban la cintura por la espalda, al tiempo que le decían: “Por qué te has entretenido tanto en llagar hasta aquí?”
Y él contestó: “Señor. Tuve que presentar los papeles y...”
“Calla.... Sobran las explicaciones. Pero tenía ganas de follarte otra vez”.

 El oficial le bajó los calzoncillos y Dani escuchó el ruido de la cremallera de la bragueta del militar, que la abría para sacar la verga que ya reclamaba su entrada en el culo del chico.
 Y el oficial le susurró al oído del soldado: “Confía siempre en mi, porque nunca dejarás de pertenecerme. Y tu única misión aquí es servirme como corresponde a un esclavo”.
“Si, amo... Perdón. Sí mi capitán”, respondió el muchacho.
Y no había terminado de decirlo cuando ya la polla del capitán entraba por su esfínter para follarle el culo, de pie y sin más lubricante que la babilla que rezumaba de dicho miembro al ojete del chico.
El capitán apretó fuerte contra las nalgas del soldado y su chorra se clavó hasta pegar los cojonazos en el ano del chaval, dándole empellones que zarandeaban la cabeza de Dani como si fuese a salir volando.
El capitán sujetó el mentón de soldado y le giró la cara para besarlo y le dijo: “Mi pequeño esclavo, cómo iba a dejarte solo y abandonarte con lo que pagué por ti al cabrón de tu colega? Dani, me perteneces desde mucho antes de lo que crees y no serás de ningún otro sin que yo lo permita... Bésame y ábrete más de patas que quiero llegar mucho más adentro que el jodido Raúl, que a estas alturas ya tiene el culo como un bebedero de patos sedientos por la sequía. Abre el culo, pequeño. Abre el culo, que te voy a joder hasta que se me quede dormida la verga dentro de tu culo... Así, así. Eso es, ábrelo más”.
“Sí amo...Sí, sí, sí... Por favor, amo. Fóllame, amo. Fóllame, mi amo. Te lo suplico... Dame por el culo hasta romperme el agujero, mi amo”, decía Dani loco de emoción y agudizada su lujuria al máximo.

Ambos se corrieron y el capitán le ordenó al soldado que entrase en el baño, anexo al cuarto donde se encontraban, para cagar la leche y que no manchase el trasero de los pantalones en cuanto se vistiese de uniforme.
Dani aún estaba perplejo por encontrarse con su amo, con galones de capitán, en las dependencias del jefe supremo del cuartel, pero no se atrevía a preguntarle ni articular otra palabra que no fuese para darle las gracias por estar con él y saber que era su esclavo a todos los efectos.
El amo le hizo cambiarse de calzoncillos y antes de abrocharse el cinturón le metió la mano por la raja del culo diciéndole: “En cuanto salgamos de servicio te los rompo y te vuelvo a dar caña para que vayas lleno de leche hasta casa... Ahora ponte en tu sitio y cumple con tu misión de asistente del capitán ayudante del general. Pero eso no significa que dejes de ser mi esclavo ni un solo momento del día y de la noche”.

El oficial salió del cuarto y llamó a un cabo para ordenarle que trajese a su despacho al soldado arrestado en el calabozo.
Dani quedó junto a la mesa del despacho, porque así se lo ordenó su amo, y vio entrar a dos soldados que escoltaban a Raúl.

Y el capitán dijo: “Retírense y dejen al detenido”.
Raúl estaba firmes mirando al suelo y el oficial le gritó: “Soldado! Levante la vista ante su oficial superior... Dani, ahí tienes a tu colega. Sumiso y obediente como debe ser un puto esclavo... Raúl, bajate los pantalones... Rápido... Ahora dóblate y separa las nalgas para que tu compañero vea lo bien que te han tratado el culo desde que te vendió... Ves que agujero más redondo y abierto tiene? La muy puta disfruta como una cerda en cuanto le meten una verga dentro. Y cuanto más grande y gorda mejor... Verdad, zorra?”
“Sí amo”, contestó Raúl.
“Eso no basta, puta. Dile a tu amigo como disfrutas cuando te follo y te zurro como a una perra.... vamos cuéntale todo lo que te meto por el ojete y como pasas las noche”.


Raúl habló y le contó a su compañero: “El amo me azota con una fusta o su correa y me penetra el culo con dildos enormes y duermo atado como una perra y con un cono encajado en el ano, después de que me han follado varias veces y he mamado todas la pollas que mi amo quiera darme generosamente. Y no puedo correrme porque llevo una jaula en el pito para que ni se empalme cuando me dan por el culo o me trago la leche del amo y de otros dos machos que le sirven y me tiene vigilado todo el tiempo”.
“Eso no es todo. Sigue”, dijo el capitán.
Y Raúl medio llorando continuó: “Dani. Te pido perdón por todo lo que te hice, porque soy un puto cerdo y un cabrón que no merece más que tu desprecio. Y te suplico que me hagas lo que te de la gana ahora mismo, puesto que nuestro amo me entrega a ti para que te vengues como quieras”.

Dani, no parpadeaba ni era capaz de tragar saliva. Su boca estaba seca para hablar y su cabeza no coordinaba los pensamiento ni entendía que estaba pasando allí.

Y fue el capitán quien habló: “Dani, te permito que le hagas lo que quieras... Ya sea pegarle o cortarle los huevos. Lo que tu decidas... hazlo porque por unos minutos serás libre para ello y luego sólo harás lo que tu amo te ordene”.

Dani se quedó parado sin decidirse a moverse ni a hacer otra cosa que mirar a su dueño y al ver la cara ceñuda de su amo, se acercó a Raúl y muy despacio le besó en la mejilla. Luego miró a su amo y volvió a su lado.

Y el amo le dijo: “Dani eres demasiado noble y bueno para codearte con esta basura. Pero también es mi esclavo y tendrás que soportarlo a tu lado. Pero nunca se atreverá a tocarte ni a hacer otra cosa que no sea besarte el culo para que yo te folle mejor... Ya ves el macho que te vendió resultó ser la mayor puta del país. Hasta le entra mi mano por el culo, a la muy tragona. Y la verdad es que no tiene mal culo esta zorra! Tiene un buen cuerpo y por eso no me cuesta mucho encontrar machos que la usen y le pongan el coño como una flor desojada...Venga, guarra!  Súbete los pantalones que ya se acabó tu arresto. Y ahora a servirme de asistente con tu camarada, que es mi otro esclavo. Pero él es el favorito y quien duerme conmigo en mi cama. Tú sólo eres una perra y duermes en el suelo! Y vete a limpiarle las botas al general... Pero con la lengua, puesto que le gustan muy brillantes... Y al acabar, vendrás a mi casa con nosotros. Por cierto, zorra de mierda, no traes puestas las braguitas que te compré! Mañana te las quiero ver debajo de los pantalones. Sabrás, Dani, que, después del adiestramiento al que fue sometido, ahora las únicas tetas que le preocupan son las suyas. sobre todo por lo que disfruta con el dolor de las pinzas retorciéndole los pezones. Y no piensa en otro chocho que en ese que tiene detrás y que no vive sin tenerlo relleno de carne o de látex. Verdad, cerda?”
"Sí amo”, respondió Raúl.

Dani no podía creerlo. Su nuevo capitán era su amo. Su adorado amo.
Y su compañero en el ejército y en la esclavitud era Raúl. El que lo vendió a su amo.
Y el chico ahora sentía que realmente José era su único y verdadero amo y que quería servirle de por vida como esclavo.
Qué más novedades tendría que ver aún en ese cuartel?.

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