10/06/2012

Capítulo 46 / La conclusión





Con este capítulo se cierra la historia de las aventuras de Dani, un soldadito dueño del mejor culo del ejército, narradas con la habitual maestría de Andreas. Al pie de las páginas encontrarás el índice para acceder a los distintos capítulos. 
stephan

El amo regresó a su pabellón privado con Jar y sus dos favoritos lo aguardaban haciendo que se ocupaban de las tareas encomendadas por su amo a cada uno.

Raúl sonrió viendo al potrillo y se adelantó a darle un beso en cuanto el amo les dijo que se quedaba en la casa y sería un compañero para ellos.
Dani no se movió ni hizo el menor gesto de desagrado o contento al ver al chico, pero se apresuró a comentarle a su señor los asuntos relacionados con el negocio de cara al fin de semana que ya estaba encima, restándole importancia al nuevo favorito que se unía a ellos y a su dueño.

El responsable esclavo, muy en su papel de administrador del hotel, dio cuenta de les reservas efectuadas y que tendrían lleno el establecimiento con amos poderosos y algún sumiso con fortuna que deseaba ser tratado como una puta perra.
Para este tipo de huéspedes, se utilizaban unas instalaciones preparadas al efecto en un edificio anexo a las cuadras que ocupaban los esclavos de los señores hospedados en el palacete que solían venir con más de un puto perro y no siempre los querían en sus habitaciones.


La mayoría de los amos preferían usar a sus putos perros en las mazmorras y salas de tortura donde los castigaban o en las orgías que se montaban para diversión de tan distinguida clientela.
Por ejemplo un banquero suizo había anunciado que traería a cuatro siervos y sólo uno de ellos dormiría en sus aposentos.
Otro aristócrata inglés vendría con dos, pero quería que se le facilitase otro perro para someterlo junto a los suyos y le gustaba descansar solo sin olor ni sentir la incómoda compañía de seres inferiores. 
Los gustos y tendencias variaban tanto como el tipo de amos que visitaban el hotel para darse gusto al cuerpo con sus vicios y hábitos perversos.

José escuchó a su esclavo y le dio algunas pautas a seguir sobre los temas que le había comentado, pero sin darle más audiencia dijo mirando a los tres esclavos: “Sois un trío perfecto. Creo que el potrillo es el complemento que faltaba en al casa porque es alegre y está lleno de vitalidad, aunque no tan inocente como parecía... Y vosotros dos le enseñaréis como ha de complacerme mejor. Sobre todo tú, Dani, que no hay quien te gane a la hora de agradar y encoñar a un macho pegándolo a tu culo con la polla en ristre...Y tú, Raúl, le vas a enseñar como ha de poner el culo para que yo disfrute más del suyo... Ve y prepárate para que te folle y vea como gozamos cuando te monto... Y ahora siéntate al lado de Dani y descansa un poco, Jar. Y pon atención para ver bien como le doy por el culo a Raúl... Que más cosas tienes que decirme, Dani?”

El esclavo, remordiéndose por dentro, comenzó a contarle a su amo otras novedades.
Y una de ellas era que le había llamado el general y vendría el viernes por la tarde a pasar el fin de semana con José y sus esclavos.
En realidad solía ir al hotel con frecuencia y, por supuesto, disponía de una suite dentro del pabellón privado de José en la que se albergaba y disfrutaba de la compañía de un buen macho que le satisfacía todos sus deseos y apetitos sexuales.
Normalmente lo atendía un joven mulato de treinta y tres años, con un cuerpazo de escándalo y un instrumento de tantos o más centímetros que los años que llevaba sobre la tierra el jodido ejemplar.
 
Era una bestia folladora y podía dar de mamar a un regimiento con toda su oficialidad al frente, incluido el general. Que en este caso lo gozaría en exclusiva, no por una cuestión de galones, sino porque le daba la gana a José, que era el amo del dotado animal y al general le hacía mearse de gusto con sólo verle la verga colgando.
Puesto que cuando se le ponía tiesa ya era la hostia y hasta se cagaba de placer el militar.



Y Dani le dijo al amo: “Lo malo, señor, es que también viene ese magnate del este, muy rico, y siempre pide que le mandemos al mulato”.
José se puso a pensar y contestó: “No hay que darle opción a ello. Antes de que diga nada, como un detalle hacia él y a modo de primicia, le envías al negrazo que compré recientemente y al verle el cacho pollón que se gasta el puto bruto, no creo que se acuerde del pito del mulato. Deben tener una envergadura parecida pero éste tiene más cuerpo. Y eso le va a gustar al cabrón ese. Y se le dice que es un espécimen de características muy definidas, como comprobará nada más verlo en pelotas, por lo que usarlo le saldrá más caro... Hay que amortizarlo y ese tipo está demasiado forrado para privarse de un capricho... Incluso cuanto más pague más le gustará a ese millonario, que en el fondo no es más que un nuevo rico de mierda... Alguna otra cosa?”



“No, amo”, respondió Dani.
Y el esclavo se atrevió a añadir mirando al potrillo: “Donde dormirá el chico, amo?”

José miró fijamente a su esclavo y le contestó: “Unas noches en mi cama y otras en el dormitorio que compartes con Raúl y desde ahora con él también. Mis esclavos tienen que estar juntos y quererse entre ellos, porque me gusta teneros a mano por si deseo usaros a los tres o al que me salga del los huevos... Mírame a los ojos cuando te hablo, Dani... O tendré que estar arreándote hostias a todas horas?”
“Perdona, amo”, se excusó Dani.
Y José dijo: “Bien. Voy a pasártelo por esta vez. Y ya son demasiadas veces las que te perdono... Tú serás quien enseñe a este chiquillo a ser tan buena zorra en al cama como tú. Y procura que aprenda rápido, porque tengo ganas de disfrutar a tope con este esclavo”.
“Sí, amo”, respondió Dani.

Al rato ya estaba Raúl preparado para entregarse a su amo y servirle de perra para montarla y que el potrillo viese como le gustaba al señor que sus esclavos pusiesen el culo para ser follados por él.
Dani, callado, miraba a su dueño sin parpadear, como si en esa habitación sólo estuviesen los dos y ni Raúl ni el potrillo existiesen en ese momento.
Para Dani eran invisibles y solamente estaban presentes su amo y él.

José se acercó a Raúl y tras dar una vuelta a su alrededor le atizó dos palmetazos en los glúteos, como a un caballo se le da en las ancas antes de ensillarlo, y dijo: “Jar, mira que nalgas y que lomo tiene este puto muchacho. Es duro como la piedra y fuerte como un roble. Estas patas resisten el peso de dos hombres de mi tamaño, pero sólo lo monto yo. Es mío y sólo yo cabalgo sobre él . Dani y tú también lo sois, pero, a parte de mí, solamente él puede montaros si yo lo deseo. Porque también es un gran macho... Ya has visto como cubrió a Ivan, así que no tengo que explicarte nada más sobre eso... Y ahora atento a lo que hace Raúl y como me proporciona placer en mi polla... Mámamela de rodillas, Raúl”.


Y el chico se postró delante del amo y agarró con sus manos la verga del dios para adorarla dentro de su boca.
Jar miraba asombrado el tamaño y calibre de la polla del amo y como Raúl se la tragaba entera y la succionaba como si nunca hubiese tenido otro alimento que ese gordo y jugoso trozo de carne que le llegaba a la garganta.
Las babas caían desde los labios del esclavo, compitiendo con las que soltaba su capullo, y el amo le ordenó levantarse y darse la vuelta.

El instante de la monta había llegado y el chico se dobló, abriendo las patas y separando las nalgas con ambas manos, y su dueño lo calzó de un sólo empujón, penetrándolo hasta el fondo.
Raúl siempre sentía una punzada aguda dentro de su cuerpo en el momento que el capullo le entraba con fuerza, pero se transformaba en un goce supremo al devolverle el cerebro esa sensación convertida en el placer que disfrutaba su amo al clavársela de golpe.
El galope del amo alcanzaba mayor intensidad y ritmo y la carne del chico enrojecía con el muslamen de su señor chocando contra sus nalgas en cada empellón que le daba para incrustarse más dentro del culo del muchacho.

Jar veía aquello con pasmo, como temiendo que su dueño fuese a reventar al esclavo, pero tanto los ojos en blanco de Raúl, como la abundante segregación de su cipote, absolutamente empalmado y brillante por la presión de la sangre acumulada en el glande, le hacían comprender que la montura se lo pasaba tan bien como el jinete.

El potrillo, cachondo perdido y sin pensarlo, echó la mano a su pene duro y erguido y Dani se la detuvo mirándolo fijamente y le dijo: “Ni se te ocurra tocártela! Eres suyo y solamente existes para su placer. No malgastes ni una gota de tu leche, porque toda la produces para dársela a nuestro amo como el quiera tomarla... Mira, aprende y aguanta sin dejar que tus huevos se vacíen inútilmente. Ya no eres tú, puesto que en nosotros solamente vive él y todo le pertenece... Agarra con fuerza mi mano y disimula el temblor que te causa el ansia de ocupar el puesto del que está siendo usado por nuestro dueño... Ya te llegará el turno si el amo lo desea. Y porque él lo quiere y para que goce más, haré de ti la mejor perra que pueda tener en su casa”.

Jar, sintiendo la preñez de su amo en el vientre, se aferró a la mano que le tendía Dani y sus ojos le agradecieron los consejos con una sonrisa.
Ambos muchachos asistieron a la eyaculación del amo y el esclavo inquietos por dentro, pero reteniendo los nervios para aparentar por fuera una satisfactoria calma que complaciese a su señor.


José le habló al potrillo: “Has visto bien como se abre la perra para que la monte el amo? Te has fijado como gime y se estremece al notar dentro de su barriga la leche de su señor? Te diste cuenta como separa las patas traseras y su agujero se dilata para que mi verga se deslice entrando y saliendo hasta que llegue al orgasmo y eyacule en un delirio de placer? Pues tú lo harás a un mejor porque tienes madera de potra para servirme como deseo. Tan sólo con desvirgarte ya me diste un enorme placer, porque naciste para el sexo y ser el delirio de un macho. Dani te enseñará todo lo que debas aprender para satisfacerme mejor... Y ahora vete con Dani y Raúl a lavaros para cenar e ir dormir. Descansa hasta mañana junto a Raúl, porque esta noche sólo dormirá Dani conmigo”.

Ya en la cama, Dani buscó el cobijo de su amo y éste lo acogió entre los brazos y le besó la boca.
El esclavo se derretía al calor del dios que le devolvía la calma con la fuerza del abrazo y los besos sin fin que le daba, pero necesitaba sentirse poseído por su dueño.
Ser amado por el hombre que adoraba y saber que lo albergaba en su corazón como siempre, sin merma por tener que hacerle otro sitio a Jar.
El amo le habló en voz baja, pegando la boca a la mejilla del chico, y le dijo: “Dani, has disimulado bien tu miedo y la contrariedad que tenías dentro de tu alma esta tarde. Sé que has sufrido enormemente, pero sabes supeditarlo todo al interés de tu amo. Y el adiestramiento de Jar me interesa y tú vas a ayudarle en todo para ser un buen juguete sexual para mí... Con esto no digo que solamente vaya a significar eso para mí y no llegue a amarlo como a vosotros dos. Sabes que será así. Pero también sabes que a ti te amo de distinto modo y que nunca serás lo mismo que ellos. Tú eres mi soldado. El crío que me encandiló desde que te vi en aquel maldito campamento donde estabas de maniobras. Y aún hoy sigo prendado de tus encantos y de tu forma de ser. Es cierto que te castigo más que a ellos e incluso puedo parecer cruel contigo, pero tú y yo conocemos nuestros anhelos y como nos gusta hacer el amor entre los dos... Me excito tan sólo con pensar en ti y aún más si lo que veo en mi mente es tu maravilloso culo de zorra... Esta noche debería dormir porque el potrillo y Raúl me han dejado cansado, pero no te quedarás sin tu porción de placer. Y la verdad es que siempre consigues que sea la más intensa y duradera. Sabes hacerlo muy bien. O quizás me tengas encantado con algún conjuro, porque a veces creo que eres una puta bruja que me has dado un bebedizo para teneme colgado de tu ojo del culo... Dani, creo que si de alguien no podría prescindir es de ti... Ponte de lado para metértela y quedarnos así, sin hacer nada. Solamente para estar unidos y que me sientas físicamente dentro de tu ser”.

El esclavo se giró y el mismo sujetó la polla de su amo y se la hundió en el culo, apretándolo luego para notarla en todo su grosor y tamaño.
Y le dijo a su dueño: “Amo, sólo vivo para servirte y sin ti no tendría sentido que aún estuviese en este mundo. Nací para ser tuyo y cada cual tiene un destino determinado y el mío es ser tu esclavo de por vida... Te amo sobre todo y ante todo y conozco tu generosidad mejor que nadie para saber que en tu corazón hay lugar para tus tres esclavos sin estorbarse ninguno... Si pudiese permitirme un deseo, sería que nos usases juntos y gozases de los tres hasta hacernos perder el sentido...Y no tienes que obligarme a quererlos a ellos, ya que a Raúl siempre lo quise y el joven potrillo en el fondo me gusta como es y lo quiero también. Temí su competencia, pero ahora sé que con él entre nosotros me darás más caña que antes todavía. Puede que mi culo llegue a pedirte clemencia y algo de descanso, señor”.
“Eso no te lo crees ni tú, so puta!” respondió el amo y prosiguió: “Eres tan vicioso que cuanta más verga te de más querrás. No te conoceré yo, zorra!, Antes que tú te canses de que te la meta, mi polla se habrá despellejado... Me has puesto cachondo y te vas a enterar de como te deja el ojete mi rabo... Serás loba, puta!”.
“Lo soy, amo, y sé que me darás lo que merezco”, dijo el esclavo.

Y los otros, que ya dormían, se despertaron al oír los quejidos que soltaba Dani al pellizcarle y retorcerle los pezones el amo y el retumbar de los sonoros azotes que le daba, mientras lo follaba con la misma furia e ímpetu del toro bravo que enviste el capote al salir a la arena de la plaza deslumbrado por el brillo del sol.

Y el amo le gritaba: “Siempre serás mi mejor puta, cabrón! Pero esta noche te rompo el culo por perra! Mi pequeño soldado, te quiero y eres la medida justa de mi polla para hacerme gozar salido como un macho cabrío jodiendo a mi zorra preferida”.


Y el muchacho estaba seguro que eso era verdad y su amo se deshacía en semen, con los pelos del cuerpo erizados de lascivia, cada vez que se la metía por el ojo del culo para follarlo vivo, aunque disfrutase también con sus otros esclavos cuando los montaba llenándolos de lujuria.

2 comentarios:

  1. Lindas imagens.. seu blog é um encanto.. estou seguindo você.

    Bjos da lua..

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